El análisis financiero es usado ampliamente para evaluar las decisiones de inversión pero es menos frecuente que sea utilizado para evaluar la estrategia.
En esta entrada quiero comentar una herramienta útil para esta evaluación
Para empezar, algunas reflexiones :
- La estrategia tanto a nivel de unidad de negocio ( es decir, ¿estamos compitiendo con éxito ?) como a nivel corporativo ( es decir, ¿ tiene sentido nuestra cartera de negocios para nuestros accionistas ?) requiere una continua evaluación.
- La estrategia a nivel de unidad de negocio puede ser analizada a través del EVA (Valor económico añadido)
Existen muchas herramientas y técnicas para el análisis financiero a disposición de los inversores, brokers y directores corporativos para evaluar el desempeño de la organización. Estas herramientas son utilizadas habitualmente en las fusiones y adquisiciones y en el análisis de las inversiones en activos fijos. Pero habitualmente no es normal que nos preguntemos, ¿ por qué no hacemos un análisis financiero para ver si nuestra estrategia es buena ?
Cuando una empresa pretende una adquisición se realiza un extenso análisis financiero acompañado de otras investigaciones hechas por los directivos. Después la propuesta se presenta al Consejo de Administración y, si fuera necesario, también a los inversores y a la comunidad financiera. Las comparaciones se hacen con negocios similares y con transacciones de la misma naturaleza. El descuento de los flujos de caja se analiza para evaluar el impacto de los diferentes resultados y en qué medida la inversión recuperará el coste del capital invertido. Esto quiere decir que el uso del análisis financiero para la toma de decisiones a nivel corporativo es muy habitual.
Pero, ¿ por qué no utilizamos el análisis financiero para evaluar la estrategia ?. En casi todas las empresas hay dos niveles de estrategia que deben estar en constante evaluación por los responsables de cuidar de la inversión de los accionistas. En primer lugar, la viabilidad de los negocios a nivel individual debe ser examinada constantemente. Esto requiere preguntarse, ¿están consiguiendo una rentabilidad satisfactoria ?. En segundo lugar, ¿ tiene sentido la cartera de negocios de la organización ?.
En base a lo anterior, la pregunta sería ¿ por qué este análisis no está tan extendido y es una práctica habitual ? Desde mi punto de vista la respuesta es obvia. Habitualmente los directivos no admiten que una parte de la cartera de negocios es inviable. Es un problema de voluntad cuando las motivaciones de los directivos difieren de los intereses de los accionistas. Pero hay otras personas cuyo trabajo consiste en cuestionar el desempeño y en asegurar que estos problemas de acción no van contra los intereses de los accionistas. Los miembros no ejecutivos de los consejos de administración tienen este cometido dado que representan a la comunidad de inversores.
La estrategia a nivel corporativo implica asegurar que se añade valor a través de la oficina central a cada una de las unidades de negocio que forman la cartera de la organización. Los directivos tanto a nivel corporativo como a nivel unidad de negocio pueden ser requeridos para explicar el valor añadido corporativo, es decir, para que contesten a la pregunta: ¿ que se está haciendo para que el negocio tenga más éxito y aumente su valor ? El desempeño competitivo a largo plazo ( cuota de mercado en los segmentos clave ? puede ser utilizado para evaluar la función central en asegurar una viabilidad duradera tanto a nivel comercial como financiero. La comparación de la estructura de gestión y el estilo de dirección con los competidores, sobre todo con aquellos que lideran el desempeño financiero, puede ser utilizado para evaluar los fortalezas y debilidades en el valor añadido.
En la misma línea que lo anterior, existen técnicas y herramientas para evaluar la viabilidad de la estrategia a nivel de cada unidad de negocio en la cartera corporativa. Cada empresa tiene sus indicadores favoritos. Los bonos de dirección se pagan en base a estos indicadores. Por ello se presta mucha atención a estos indicadores y también a la objetividad con la que se han seleccionado. Este punto es importante también para los accionistas. Pero por desgracia hay muchas maneras de manipular los números para que el resultado parezca satisfactorio incluso cuando la realidad es muy diferente. Pero hay una herramienta que es más difícil de manipular: El valor económico añadido. ( EVA en la nomenclatura inglesa). El valor económico añadido es un modelo que cuantifica la creación de valor que se ha producido en una empresa durante un determinado periodo. El principio del EVA como herramienta en la toma de decisiones es que una empresa crea valor cuando los recursos generados superan al coste de esos recursos.
La fórmula del EVA es EVA= Beneficio neto - (capital empleado x coste de capital).
Si, por ejemplo, una empresa tiene un beneficio 500.000 euros pero el resultado del calculo anterior son - 600.000 euros esto implica que se está erosionando el valor para el accionista. No es la idea de esta entrada explicar el calculo de los elementos de la fórmula, donde la mayor dificultad estaría en el calculo del coste de capital.
Pero también existe la posibilidad de que un dato negativo no sea por culpa del equipo directivo. En algunas industrias hay EVA negativo. Por ejemplo , en las aerolíneas.
La conclusión de todo lo anteriormente expuesto es que el este análisis podría dar una indicación clara de que existe una mala estrategia tanto a nivel corporativo como de unidad de negocio y por lo tanto se requerirá pasar a la acción.