Inicio con este post una serie de entradas dedicadas a la aplicación del modelo de las 5 fuerzas competitivas en la industria farmacéutica.
Un factor importante, que a veces se pasa por alto, y que distingue una compañía de las demás en la industria farmacéutica es la planificación estratégica.
En las próximas entradas intentaré desarrollar algunos conceptos estratégicos ya conocidos y desarrollados por M.Porter, que se podrían aplicar en el sector farmacéutico.
Como es sabido, el modelo de Porter se centraba en el entorno competitivo en el que los negocios se desarrollan, describiendo 5 fuerzas básicas que tienen un gran impacto en la capacidad para tener éxito de un negocio o de una unidad de negocio.
En mi opinión, al entender y comprender cómo son esas fuerzas competitivas y cúal es su impacto en el negocio, los directivos estarán más capacitados para preparar sus planes.
Además se podrán concentrar mejor en aquellos aspectos que tienen un mayor impacto en sus negocios y podrían, si fuera necesario, realinear sus recursos para asegurar el mejor resultado.
Básicamente, la competencia dentro de un sector o industria depende de 5 fuerzas competitivas:
1. el poder de negociación de los proveedores
2. el poder de negociación de los compradores (clientes)
3. la amenaza de productos sustitutos o sucedáneos
4. la amenaza de nuevos competidores
5. la rivalidad entre los competidores actuales y cómo es de intensa en términos del mercado.
Es el impacto colectivo de estas fuerzas el que determina al final el beneficio potencial en un mercado.
Por lo tanto, este entorno sería aplicable tanto a nivel de industria, en este caso la industria farmacéutica como a nivel de unidad de negocio, por ejemplo, un departamento de investigación clínica.
En los próximos posts comentaré con más detalle la aplicación de este modelo, en primer lugar orientado a la industria y seguidamente, orientado a una unidad de negocio particular dentro de la industria.
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