Independientemente de la escuela de negocios y del estilo de dirección que se utilice, la clave para un directivo es siempre una cuestión de tomar decisiones buenas.
La primera regla para tomar una decisión buena es establecer claramente el valor final y los objetivos que el dueño de la decisión desea.
Otros dos aspectos para la toma de decisiones buenas son tener un conocimiento válido y un entendimiento completo de la situación en que la decisión se debe tomar y también un conocimiento de los medios y recursos disponibles para el tomador de la decisión.
Finalmente habría que combinar los tres, próposito, situación y recursos, con una percepción o visión futura para estar seguros que los medios están disponibles para conseguir el objetivo.
El esquema para la toma de decisiones buenas es una parte esencial del paradigma del pensamiento estratégico.
Se necesitan buenas decisiones para maniobras estratégicas y operaciones tácticas, y por supuesto, sin olvidar el nivel visionario.
Esta es la primera entrada de la serie dedicada al paradigma del pensamiento estratégico avanzado
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