Inicio con este post una serie dedicada a reflexionar sobre las fuerzas competitivas que determinan la estrategia.
Es conocido que para sostener una ventaja competitiva a largo plazo se necesita responder estratégicamente a la competencia. Pero a medida que analizamos el entorno competitivo deberiamos mirar más allá de los competidores directos.
Desde esta perspectiva existen nuevas fuerzas competitivas que podrían erosionar los beneficios esperados de las empresas. Estas nuevas fuerzas estarían formadas por:
- Los clientes exigentes pueden forzar los precios a la baja consiguiendo que los competidores se enfrenten entre ellos.
- Los proveedores poderosos pueden reducir los beneficios al incrementar los precios
- Los nuevos competidores, que han conseguido nuevas capacidades y tienen "hambre" de cuota de mercado, pueden provocar el incremento de la inversión necesaria para estar en el mercado.
- Las ofertas de productos sustitutivos pueden provocar la pérdida de clientes existentes
El análisis de las fuerzas competitivas nos ayuda a tener un cuadro completo de los elementos que influencian la consecución de beneficios en un determinando mercado. Si se consigue identificar las tendencias lo antes posible, es posible anticiparse y aprovecharse de ello. Además sería posible gestionar las limitaciones en términos de rentabilidad e incluso orientar esas fuerzas a favor de la empresa.
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