En esencia, el trabajo de un estratega es entender y enfrentarse a la competencia. Con frecuencia, los directivos ven la competencia de forma demasiado sesgada, centrandose , a veces, sólo en los competidores directos actuales. Sin embargo, la competencia por conseguir beneficios va más allá de los actuales competidores.
Es en este punto, es donde hay que incluir a las otras fuerzas competitivas entre las que se encuentran los clientes, los proveedores, los potenciales nuevos competidores y los productos sustitutos. La rivalidad de todas estas fuerzas define la estructura de un sector y determina la naturaleza de la interacción competitiva dentro de ese sector.
Aunque muchos sectores parecen diferentes en la superficie, los motores que mueven la rentabilidad son los mismos. El conocimiento de estas fuerzas competitivas, nos ayuda a entender las raices de la rentabilidad de una industria en concreto y nos da un marco para anticiparse e influenciar esta rentabilidad.
En este sentido, entender la estructura de un sector es esencial para posicionarse con una estrategia efectiva.
Como comentaré en próximos posts, la defensa frente a las fuerzas competitivas y la posibilidad de influenciar estas fuerzas a favor de la empresa son cruciales para la estrategia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario