Los negocios son un contínuo flujo de decisiones oportunistas, estratégicas y visionarias con sus constantes cambios de acuerdo a los retos.
El horizonte temporal de la dirección oportunista apenas debe ser superior a un año. El horizonte se determina por el interés de los propietarios, el cambio del entorno y la capacidad intrínseca de la empresa para aprender y renovarse.
Estos factores pueden ser contradictorios y habitualmente crean un dilema en la gestión del corto frente al largo plazo.
Las empresas disponen de los siguientes elementos para asegurar una visión coherente y completa:
- Ambito espacial del negocio
- Tamaño del negocio
- Productos y mercados objetivo
- Nivel competitivo
- Imagen y relaciones
- Organización y cultura
El desarrollo de una visión estratégica es una parte integral de la dirección, la visión determina el futuro de la empresa, establece metas específicas y dirige las maniobras y la formulación de la estrategia.
Sin embargo, la visión no es sólo una historia que se cuenta y comparte, es además, un programa de acción que debe ser ejecutado. El objetivo del pensamiento estratégico no es el plan sino la acción.
Las siguientes preguntas pueden establecer la orientación de las acciones de la dirección visionaria:
- ¿ cúales son las dinámicas del mercado de la empresa hoy en día y dónde podrían conducir en los próximos años ?
- ¿ qué acciones han tomado los competidores en los últimos años para hacer frente a la dinámica global del mercado ?
- ¿qué ha hecho la empresa en los últimos años para influenciar esta dinámica global ?
- ¿cúales pueden ser las acciones más peligrosas que los competidores podrían hacer en los próximos años para influenciar la dinámica del mercado ?
- ¿ cúales son las acciones más efectivas que la empresa podría tomar para tener el impacto deseado en la dinámica del mercado ?
La dirección visionaria es una parte intrínseca de una forma de dirección estratégica avanzada y participativa. La dirección visionaria está impulsada por un conjunto de principios estratégicos adaptables y el conocimiento de las responsabilidades corporativas y de las incertidumbres del entorno.
La conclusión sería que la visión debe ser fácil de entender para todas las partes interesadas, además de los accionistas y debe llevar la cultura de la empresa. Es un medio para comunicar a los empleados en qué tipo de empresa trabajan mientras quieren alcanzar su propio éxito. También debe informar a los clientes y otros partícipes sobre los proyectos concretos e intereses, su confianza en el futuro y los valores y formas de hacer negocios. La visión pueden también atraer aliados potenciales que puedan compartir esta visión.
Con la próxima entrada terminaré la serie dedicada a la dirección visionaria y al paradigma del pensamiento estratégico avanzado presentando un esquema para mostrar las características de las decisiones tácticas, estratégicas y visionarias relacionadas con el esquema presentado para la toma de decisiones buenas.