Los sistemas de gestión ejercen el control sobre la organización.
El control se refiere tanto a la coordinación, la necesidad de las personas que realizan tareas especializadas y a los grupos que también realizan actividades específicas para coordinar sus acciones, como a la cooperación, que corresponde a la necesidad de alinear los objetivos y comportamientos de los individuos y grupos con los de la organización.
Mientrás que la coordinación tiene que ver principalmente con el establecimiento de los sistemas de información y comunicación y de los procedimientos que permiten a los individuos conectar y adaptar acciones separadas, la cooperación implica el establecimiento de incentivos y penalizaciones que animan a los individuos a supeditar sus objetivos y deseos a los de la organización.
Existen 4 sistemas de gestión que son de gran importancia para llevar a cabo el control:
- El sistema de información
- El sistema de planificación estrátegica
- El sistema de planificación financiera y control
- Presupuesto de inversiones
- Presupuesto operativo
4. El sistema de gestión de los recursos humanos
Existe un último mecanismo para la coordinación y el control: la cultura corporativa
La cultura corporativa comprende las creencias, valores y las normas de comportamiento entre los miembros de una compañía y que influencian cómo piensan y se comportan.
La cultura corporativa se manifiesta en símbolos, prácticas sociales, vocabulario e incluso en la forma de vestir.
La manera en que la cultura afecta a la cooperación y a la coordinación depende no sólo de la fuerza de esa cultura sino también de las características de la cultura.
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