La fuerza más importante y dominante en los cambios y desafios en el entorno de los negocios ha sido la internalización. La caida de las barreras para el comercio y los flujos de capital internacional han abierto nuevas oportunidades de negocio transformando a la vez la estructura competitiva de la mayoría de las empresas.
La fuerza conductora de la internalización en términos de comercio e inversión directa, tiene dos aspectos: en el primero, el aprovechamiento de las oportunidades de negocio en otros paises y en segundo lugar, el aprovechamiento de las oportunidades para la producción al establecer actividades de fabricación donde se puedan realizar más eficientemente.
La resultante globalización de los negocios significó la creación de redes de transacciones internacionales entre las que se incluían el comercio de mercancías, el flujo de servicios, flujos de personas ( especialmente las más cualificadas) y los flujos de pagos y capital.
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