Como ya comenté en entradas anteriores, y con relación a la formulación de la estrategia, el análisis de los competidores es útil tanto para pronosticar cómo los competidores se comportarán como para influenciar ese comportamiento.
En relación con el pronóstico de su comportamiento, la primera pregunta a la que deberíamos contestarnos es: ¿qué cambios es probable que el competidor haga ?. Esta cuestión requiere que seamos capaces de identificar las fuerzas actuales que podrian provocar un cambio en la estrategia.
Estas fuerzas podrían ser externas, por ejemplo, un cambio en las preferencias de los consumidores o un cambio de tipo regulatorio que podría ser perjudicial para la empresa o pueden ser también internas, como por ejemplo, no haber alcanzado los objetivos de cuota de mercado y de resultados financieros.
Cualquiera que sea el origen, una identificación cuidadosa de la estrategia y objetivos actuales y las hipótesis de la empresa acerca del sector y sus capacidades facilita la base para poder pronosticar la dirección del cambio.
En segundo lugar, queremos hacer un pronóstico de las reacciones más probables del competidor a un posible cambio estratégico que nuestra propia empresa esté iniciando. Si este cambio estratégico implica un ataque, por ejemplo, a la base del mercado del competidor, entonces sus reacciones pueden ser cruciales para determinar si realmente este cambio estratégico debe ser considerado.
El entendimiento de los competidores nos puede ayudar también a poder influenciar en su comportamiento.
Las reacciones del competidor dependen no sólo de lo que la empresa hace sino también de lo que el competidor cree que la empresa está haciendo.
En este sentido se pueden utilizar mecanismos de comunicación de información a los competidores diseñados para influenciar sus percepciones y comportamiento y así provocar o evitar ciertas clases de reacciones.
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