A pesar de lo que he comentado sobre las economías de alcance y otras relaciones entre los negocios dentro de las empresas multinegocio, algunas de las oportunidades más importantes de la central corporativa para crear valor nace de la habilidad de esta central para nombrar al director general de cada unidad de negocio y para influenciar el desarrollo y los planes de sucesión dentro de los negocios. Además, esta oficina central puede aprobar o rechazar los presupuestos, los planes estratégicos y las propuestas de inversión para el activo no corriente y finalmente influenciar la implantación de los planes y propuestas.
La oficina central puede ejercer el control de dos formas distintas: En la primera, el control se ejerce sobre la dirección a nivel de negocio. Esto se lleva a la práctica a través de influenciar sobre la aprobación de las estrategias de negocio y sobre las propuestas de inversión. En la segunda, se ejerce el control sobre el desempeño estableciendo objetivos e incentivos.
Aunque la mayoría de las empresas utilizan una combinación de ambas, hay una fase de negociación, es decir, más de una implica menos de la otra. En este sentido, si la empresa ejerce un control riguroso sobre los niveles de decisión de negocio debería aceptar los resultados que se consigan por esta decisión. Si por el contrario, la empresa ejerce el control en términos de objetivos de beneficios anuales, entonces la empresa debería dar a los directivos implicados la libertad para tomar las decisiones necesarias para alcanzar esos objetivos.
En los próximos posts comentaré dos aspectos de esta "influencia corporativa", como son la influencia sobre la formulación de la estrategia y sobre el control financiero.
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